¿Cómo sana Jesús nuestras heridas?

Hello hello! Una de las principales razones por las que Jesús uso el vino en la Santa Misa que se convierte en Su sangre es porque el vino en los tiempos bíblicos era medicinal y curativo. En la historia del Buen Samaritano Jesús nos cuenta que el Buen Samaritano cuando se encuentra con el hombre dado por muerto por los ladrones que lo hirieron y lastimaron dejándolo golpeado y casi muerto todo sangrado; ¡el buen samaritano le echa aceite y vino sobre las heridas del hombre! ¡Aceite y vino! Ahora entiendes por qué Jesús nos manda a usar aceite bendecido y vino consagrado - porque esos contienen propósitos curativos que nos traen sanacion. Ahora sabes por qué preparo un aceite bendecido y exorcizado especial súper poderoso especial para usar al ungirnos a nosotros mismos para traer sanacion a nuestros cuerpos y almas heridos. En la Santa Misa, Jesús, el Buen Samaritano, también toma vino (que se convierte en Él mismo en la Santa Misa) y ese vino selo echa en nuestras heridas, las heridas dentro de nosotros para traerles sanacion. ¿Cómo sana Jesús nuestras heridas? ¡Con EL MISMO! Porque el vino es Él mismo, la presencia real de Dios que se derrama en nuestras almas para refrescarlas y hacerles saber que todo estará bien. Dios quiere venir a ti y hacerte saber que está contigo. Tu no estás solo. Cada vez que venimos a la Santa Misa, recibimos la presencia derramada sobre nuestras almas heridas para saber que Dios está con nosotros y que si Dios está con nosotros, ¡todo estará bien! Porque si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros? Estaras bien. Esto es lo que hago cada vez que celebro la Santa Misa. Tomo el vino, lo convierto en Jesús y hago echo ese vino consagrado sobre todas tus heridas para traer esa presencia sanadora dentro de ti y hacerte saber que todo estará bien. Estaras bien. Dios está contigo y, por lo tanto, nada ni nadie puede estar en tu contra. Oro por ti siempre, como lo hago ahora mismo, para que en cualquier herida que tengas dentro de ti puedas experimentar la paz, el amor y la esperanza de esa presencia reconfortante de Dios que te ama tanto y yo sé que Él te ama porque YO, Padre Adam, Te amo mucho pero bastante bien mucho, mucho mucho mucho, y te bendigo hoy y siempre con una gran sonrisa y un gran beso y mucho, mucho, mucho amor - y un hello hello
Padre Adam Kotas